Buceo en Palawan, Filipinas. Bajo sus aguas se encuentra una atractiva inmersión para aquellos submarinistas que, además de disfrutar del mar, quieren ser testigos de la historia.
El 24 de septiembre de 1944, 130 cazabombarderos estadounidenses indicaron un ataque aéreo contra 24 navíos de la flota japonesa atracada en la Bahía de Corón. A estos restos submarinos se les ha denominado la Flota de Corón.
La Armada nipona se trasladó al norte de Palawan para huir de la ofensiva y terminó con 20 de sus buques hundidos en esta zona. Medio siglo después, entre 25 y 35 metros de profundidad, se encuentran los restos de la contienda.
La visibilidad en esta zona es excelente y permite observar abundante fauna como morenas, peces murciélago, perlas (muy abundantes en esta zona), barracudas y peces escorpión, entre otros.
Los visitantes pueden avistar el cañonero encallado en los arrecifes del islote de Tangat a 25 metros de profundidad, el carguero Olympia Maru -de 112 metros de eslora- o el Irako Matu, reservado sólo a buceadores expertos que tengan experiencia en inmersiones superiores a los 40 metros de profundidad. Aunque la estrella de las inmersiones es Akitsushima, el único buque de guerra de la flota hundida y que todavía conserva intactos sus cuatro motores y una grúa.
Filipinas, un mundo bajo el mar
Aparte de esta espectacular inmersión, hay 7.000 razones (7.000 islas) para sumergirse en las aguas de este archipiélago.
Isla de Cebú
Este conjunto de islas se encuentra entre el Océano Pacífico y el Mar de China y posee más de 2.500 islas vírgenes. Aunque el idioma oficial es el inglés, hay zonas donde se chapurrea el castellano, restos de la antigua colonia española.
El principal grupo de islas es el de Cebú (donde murió Magallanes en su primera vuelta al mundo junto al navegante Juan Sebastián Elcano) y es la novena en extensión del archipiélago. El nombre de Filipinas viene dado en honor a Felipe II, El Prudente, hijo de Carlos I, quien gobernada el Reino de Castilla cuando Elcano y Magallanes partieron camino a la tierra de las especias. En su costa Sudoeste se encuentra Moalboal, parada obligatoria si deseas bucear.
28.000 km2 de arrecifes coralinos es una razón de peso para conocer este lugar paradisíaco que respira historia por sus poros. Está considerado como uno de los puntos del planeta donde hay más vida marina y es un lugar de referencia para saber un poco más de las aventuras de los navegantes españoles, los primeros que fueron capaces de dar la vuelta al mundo y regresar vivos.